Tina Turner ha muerto. La inconfundible voz rasgada, el soul trascendental de sus letras, la pasión desaforada sobre el escenario, el frenesí y la melancolía de sus conciertos, el magnetismo sexual y el drama personal que arrastraba y escondía al mismo tiempo, un símbolo de supervivencia y superación. Todo eso y mucho más era Tina Turner, leyenda de la música estadounidense y una de las artistas más brillantes de su tiempo, ídolo de masas en los 80. Estaba enferma desde hacía tiempo y el miércoles su cuerpo no aguantó más. Tenía 83 años.
Su familia confirmó en un comunicado que la cantante de Brownsville, Tennessee (26 de noviembre, 1939) “ha fallecido hoy en paz a la edad de 83 años tras una larga enfermedad en su casa de Küsnacht, cerca de Zúrich, Suiza. Con ella, el mundo pierde una leyenda de la música y un modelo a seguir”. Ahí quedan grandes éxitos como Private Dancer, The Best o What’s Love Got to Do with it, los 12 Grammy, los más de 100 millones de discos vendidos, la primera mujer en ser la portada de la revista Rolling Stone. Un mito que se apaga.
Turner, Annie Mae Bullock, se adentró en los confines del rock como ninguna otra cantante negra había logrado antes, con un despliegue de energía ante su público que acabó por emular Mick Jagger con los Stones y después una larga lista de admiradoras: Beyoncé, Janet Jackson, Mary J. Blige. Nadie se movía como ella sobre las tablas, desatada, generosa, con la frondosa melena al viento y la sempiterna sonrisa blanca, una fuerza de la naturaleza que influenció a generaciones posteriores de mujeres con su mantra particular: sobre el escenario ningún hombre era más que ella.
No es el único legado que deja, más allá de discos memorables como Foreign Affaire, Private Dancer o Break Every Rule. Su marido, Ike Turner, con quien comenzó su carrera a mediados de los 50, abusaba de ella física y psicológicamente. Las humillaciones eran constantes. Pero la joven artista, convertida en sensación de aquella banda a las primeras de cambio, The Kings of Rhythm, logró sacudirse esa carga de encima y convertirse en una de las grandes estrellas de los 80 a nivel mundial. Su resurrección caló hondo en aquellos años de machismo furioso.
Tina Turner se retiró del mundo de la música en 2009, a los 70 años, dejando atrás 50 años de carrera, más de 200 millones de discos vendidos y todo un legado reunido en 22 álbumes, 12 de estudio, 3 en directo y 7 recopilatorios. Además obtuvo 21 nominaciones a los Premios Grammy, de las cuales ganó ocho estatuillas.
Nacida en Brownsville, Tenessee, el 26 de noviembre de 1939, estaba afincada en Suiza y poseía esta nacionalidad desde 2013.
Con 17 años conoció a Ike Turner, con quien se casaría después, en un club de Saint Louis al que iba con frecuencia a verle actuar con su grupo.
Pronto el grupo de Turner perdió a su cantante, por lo que Tina tuvo su oportunidad y cambiaron el nombre, de “Ike Turner, Los Reyes del Ritmo” a “Ike y Tina Turner Revue”.
Pero en 1976 Tina y su marido se separaran sentimental (en su autobiografía “I, Tina: My Life Story”, 1986, reveló abusos y maltrato por parte de Ike) y artísticamente, y ella comienza su carrera en solitario sin dejar el apellido de su exmarido.
Ike y Tina iniciaron su carrera de éxitos con “A fool in love” y grabaron discos como: “River Deep, Mountain high” (1966), “Proud Mary”(1970), “Blues Roots”(1972), “Nutbush City Limits”(1973) y “The Gospel According to Ike and Tina”(1974).
Tina grabó pronto en solitario “Let Me Touch Your Mind” (1972), “Tina Turns the Country On” (1974), “Acid Queen” (1975) y “Rough” (1978).
En 1983, después de seis años que se dedicó a actuar en pequeños locales, grabó en Gran Bretaña un tema, “Let’s Stay Together”, que tuvo una aceptación masiva por británicos y estadounidenses, informa Efe.
PRIVATE DANCER
Sacó al mercado el exitoso “Private Dancer” (1984), al que siguió “Break Every Rule” (1986) y “Foreign Affair” (1989), que hizo el número 36 de su discografía y el octavo desde que inició su carrera en solitario.
Convertida en todo un icono del rock, famosa por su enérgica voz, sus poderosas piernas sobre el escenario y un vestuario espectacular, Tina dedicó los noventa a hacer innumerables giras por todo el mundo.
En esta etapa se incluyen duetos sorprendentes, por ejemplo, con Eros Ramazzotti o Antonio Banderas, y la canción principal de la película “Goldeneye” (1995) de la saga James Bond.
Tras una larga etapa de relativo silencio, participó en el álbum “River: The Joni Letters de Herbie Hancock” y en 2008 reapareció en los Grammy, ofreciendo un enérgico dueto en directo con Beyoncé, y apareció en televisión junto a su amiga Cher.
Aprovechando la ocasión, publicó otro de sus recopilatorios de grandes éxitos con dos nuevas canciones “It would be a crime” y “I’m ready”.
Paralelamente ha desarrollado sus aptitudes cinematográficas en películas como: “Gimme Shelter” (1970), Taking Off (1971) “Soul to Soul” (1971), “Tommy” (1975) Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band (1978) (y “Mad Max III” (1985); What’s Love Got to Do with It? (1993) o Last Action Hero (1993).